Compartir cocheEl coche compartido gana cada día pasajeros a los medios de transporte público convencionales a través de portales de Internet nacidos en Francia como BlaBlaCar o Drivy, que apuestan por la internacionalización y proyectan un crecimiento futuro más allá de las fronteras europeas. El crecimiento de estas plataformas de Internet no es ajeno a la polémica que suscita el vacío legal existente en lo relativo al pago de impuestos.

Su principal activo es «la fuerte red de confianza» que permite conocer el perfil de los conductores y de los pasajeros que van a viajar juntos, así como la planificación previa del encuentro. Eso, y la transacción económica (el viajero paga al conductor una cantidad, además de una comisión a la empresa) marca la diferencia con el tradicional autostop gratuito.